sábado, 19 de enero de 2013

Público interno - Comportamiento frente a las desincorporaciones

La desincorporación de empleados debe ser siempre la última salida para reducir gastos y realizar ajustes presupuestarios. 
Procure verificar si antes de poner en práctica esta medida la empresa acostumbra discutir con los trabajadores las propuestas relativas a la contención y la reducción de gastos. En el caso de que se vea obligada a tomar la decisión de reducir personal, observe:
• Si la empresa adopta criterios socio-económicos, como edad, estado civil, grupo familiar dependiente del empleado, entre otros; 
• Si además de discutir alternativas con los empleados, permite el acceso a las informaciones sobre las cuales se sustentaron las decisiones y ofrece programas de dimisión voluntaria incentivada;
• Si amplía los beneficios y ofrece programas de reubicación y recapacitación a los trabajadores despedidos en todos los niveles jerárquicos.
Centre su atención en determinar:
• La evolución del número de funcionarios en los últimos tres años;
• El número de admisiones y dimisiones en los últimos tres años;
• El porcentaje de reclamos laborales iniciados por trabajadores despedidos, comparándolo con el total de las dimisiones en los últimos tres años.
• Si la rotación de funcionarios es una política acordada y si hay programas destinados a disminuir o incrementar ese indicador; 
• Si la empresa establece un diálogo estructurado con instancias del gobierno local, especialistas, ONGs y sindicatos para conocer, prever y reducir las dimisiones;
• Si la empresa establece alianzas para desarrollar programas de estímulo y capacitación de empleados que muestren un carácter emprendedor. No siempre las empresas divulgan las informaciones antes mencionadas.
En este caso, el camino es intentar levantar los datos con sindicatos, institutos de investigación o con el Ministerio del Trabajo.

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