Medio Ambiente
Muchos son los temas ambientales que han cobrado importancia sobre las prácticas corporativas, desde hace ya algunos años: el consumo de energía y agua, la cantidad de desperdicios sólidos producidos, las emisiones de CO2, radiación, uso de material reciclable, impacto ambiental sobre la cadena de producción, etc. La RSE ambiental es hoy mucho más que iniciativas de reciclaje o de conservación de energía. Ser una
empresa ambientalmente responsable es considerar todos los impactos ecológicos que genera la producción y operación de la empresa. Estas consideraciones, como prácticas integrales, van más allá de las regulaciones gubernamentales. Globalmente, las empresas están considerando los beneficios que conlleva el ser ecológicamente responsable, debido a que no es sólo un compromiso con las futuras generaciones sino que a su vez genera un valor intrínsico y una ventaja competitiva.
Experiencias nacionales como la de la Cervecera Salvadoreña La Constancia, S.A. y su Programa de Protección Ambiental, hasta grandes multinacionales como Unilever, con sus programas de pesca y agricultura sostenible, ilustran cómo el ser ecológicamente responsable genera beneficios tanto para la empresa como para el medio ambiente. Y es que, de acuerdo a información adquirida por la organización Business for Social Responsability, de todos los temas relacionados con RSE las iniciativas ambientales
han producido la mayor cantidad de información mesurable vinculando a empresas pro-activas con resultados financieros positivos. Sin importar el tamaño, sector o ubicación geográfica, la creatividad de las empresas en el desarrollo de prácticas eco-eficientes y de conservación han demostrado que la protección del medio ambiente es, últimamente, beneficiosa para todos.
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