En este informe se demuestra que las energías renovables no representan un sueño futuro, sino que son reales, están maduras y pueden utilizarse a gran escala. Décadas de progresos tecnológicos han contemplado cómo tecnologías renovables tales como las turbinas eólicas, los paneles fotovoltaicos solares, las centrales de biomasa y los colectores térmicos solares adquirían cada vez mayor protagonismo. El mercado global de las energías renovables está experimentando un gran crecimiento; con una facturación, en 2006, de 38 mil millones de dólares, un 26% superior a la del año anterior.
El plazo para pasar del uso de combustibles fósiles a energías renovables es aún relativamente corto. Durante la próxima década, la mayoría de las centrales térmicas existentes en los países de la OCDE alcanzarán el fin de su periodo de vida técnico y deberán ser reemplazadas, pero construir hoy día una central térmica de carbón provocaría la producción de emisiones de CO2 que durarían hasta 2050. Por ello, cualquier plan elaborado por las compañías energéticas durante los próximos años será decisivo para definir el suministro energético de la próxima generación. Nosotros creemos firmemente que ésta debería ser la “generación solar”.
El mundo industrializado debe replantearse urgentemente su estrategia energética, y los países en vías de desarrollo deben aprender de errores pasados y construir sus economías sobre una base sólida de suministro de energía sostenible. Deberá crearse una nueva infraestructura a fin de hacer realidad este proyecto.
Las energías renovables podrían contribuir hasta el 35% de las necesidades energías renovables dependerá en gran medida de elecciones políticas tanto de mandatarios individuales como de la comunidad internacional.
Al elegir energía renovable y eficiencia energética, los países en vías de desarrollo pueden estabilizar prácticamente sus emisiones de CO2, incrementando a la vez el consumo energético como consecuencia de su crecimiento económico. Los países de la OCDE deberán reducir sus emisiones hasta un 80%.
Para hacer realidad este proyecto no es necesario “congelarse en la oscuridad”. Unos estándares técnicos estrictos garantizarán la venta únicamente de aquellos frigoríficos, sistemas calefactores, ordenadores y vehículos más eficientes. Los consumidores tienen derecho a adquirir
productos que no incrementen sus facturas energéticas y no destruyan el clima.
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jueves, 25 de agosto de 2011
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