Desde los años 80 se ha consolidado de manera importante el diseño de las turbinas eólicas. La mayoría de las turbinas comerciales hoy día funcionan con un eje horizontal con tres palas colocadas a igual distancia. Éstas se conectan a un rotor desde el que se transfiere la energía a través de un multiplicador hasta un generador que van encerrados en un alojamiento denominado góndola. Algunas turbinas excluyen el multiplicador y utilizan accionamiento directo. La electricidad se canaliza por la torre hasta un transformador y por último hasta la red eléctrica local.
Las turbinas eólicas pueden operar a velocidades del viento de 3-4 metros por segundo hasta unos 25 m/s. Se limita su potencia a altas velocidades del viento con un sistema de regulación de pérdida de sustentación o “stall“ – reduciendo la salida de potencia – o de regulación por cambio del ángulo de paso – cambiando el ángulo de las palas para que no ofrezcan resistencia al viento. El sistema de regulación por cambio del ángulo de paso es el método más utilizado. Las palas también pueden girar a una velocidad constante o variable, permitiendo esta última que la turbina se adapte más al cambio de velocidad del viento.
Las principales objetivos del diseño de la tecnología eólica de hoy día son:
• una gran productividad en emplazamientos de mucho y poco viento
• compatibilidad con la red eléctrica
• rendimiento acústico
• rendimiento aerodinámico
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