Las compañías eléctricas están obligadas por ley a adquirir una proporción cada vez mayor de energía renovable. Países que han adoptado este sistema son el Reino Unido, Suecia e Italia en Europa, y muchos estados en EEUU, donde se conocen como RPS (Renewable Portfolio Standard-Normas de cartera de renovables).
Comparado con el precio fijo de las licitaciones, el modelo de CVN presenta más riesgos para el inversor debido a las fluctuaciones diarias de los precios, a menos que se creen mercados efectivos para contratos certificados (y de electricidad) a largo plazo, un tipo de mercados que no existe aún. El sistema es también más complejo que otros mecanismos de pago.
¿Cuál de estos sistemas de incentivos funciona mejor? Según la experiencia pasada, está claro que pueden diseñarse políticas basadas en tarifas fijas y primas que funcionen más eficazmente, aunque su implantación no es ninguna garantía de éxito. Casi todos los países con experiencia en mecanismos de ayuda de las energías renovables han utilizado en algún momento el sistema de primas, pero no todas han contribuido a un aumento de la producción de electricidad de las renovables. Es el diseño del mecanismo, junto con otras medidas, lo que determina el éxito.
Tal vez sea demasiado pronto para poder sacar conclusiones definitivas sobre los impactos potenciales
de todas las políticas disponibles dado que se encuentran aún en fase experimental sistemas más complejos como aquéllos basados en certificados verdes negociables (CVNs). Se necesita más tiempo y experiencia para poder sacar conclusiones fiables sobre su capacidad para atraer inversiones y ofrecer nuevas capacidades. La elección de un marco adecuado a nivel nacional depende también de la cultura y la historia de cada país, del grado de desarrollo de las renovables y de la voluntad política para lograr los resultados deseados.
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