El desarrollo de la demanda de energía global en el futuro viene determinado por tres factores claves:
• Desarrollo de la población: el número de personas que consumen energía o utilizan servicios energéticos.
• Desarrollo económico, para el cual el indicador más utilizado es el Producto
Interior Bruto (PIB). En general, un incremento del PIB dispara la demanda energética.
• Intensidad energética: la cantidad de energía necesaria para producir una unidad de PIB.
Ambos escenarios, el de referencia y el de [r]evolución energética, se basan en las mismas proyecciones de desarrollo de la población y desarrollo económico, aunque el desarrollo futuro de la intensidad energética difiere entre ambos, teniendo en cuenta las medidas necesarias para incrementar la eficiencia energética bajo el escenario de [r]evolución energética.
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