Aunque el mercado mundial de la energía fotovoltaica ha experimentado un crecimiento de un 40% anual durante los últimos años, su contribución a la generación de electricidad es aún muy pequeña. El trabajo de desarrollo se enfoca en la mejora de los módulos existentes y de los componentes del sistema y en el desarrollo de nuevos tipos de células en el sector de láminas delgadas y de nuevos materiales para células cristalinas. Se espera que la eficiencia de las células cristalinas comerciales mejore logrando entre un 15 y un 20% durante los próximos años, y que el sector de células de láminas delgadas sea comercialmente viable ya que utiliza menos materias primas.
El factor de aprendizaje para módulos FV ha sido relativamente constante durante un periodo de 30 años, alrededor de 0,8, lo que indica un alto índice continuado de aprendizaje técnico y reducción de costes. Asumiendo una capacidad de instalación global de 2.000 GW en 2050 y una disminución del índice de aprendizaje a partir de 2030, pueden esperarse unos costes por generación de electricidad de entre 5-9 céntimos/kWh para 205010. Comparado con otras tecnologías que utilizan renovables, la energía fotovoltaica debe clasificarse como una opción a largo plazo. Su importancia deriva de su magnífica flexibilidad y su enorme potencial técnico para la electrificación rural para los 2 mil millones de personas que actualmente no tiene acceso a la electricidad.
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